jueves, 15 de marzo de 2007

Sede regional de la Cultura:

Lo que queremos, lo que es y lo que será

Bastante ruido ha generado la instalación de la sede regional del Consejo Nacional de la Cultura y las Artes en nuestra ciudad. Los anuncios concretos por parte de la Ministra Paulina Urrutia confirmando el traslado desde su actual emplazamiento en Concepción hasta alguna dependencia local, nos hace pensar que es tiempo de prepararnos como ciudad y plantearnos, seriamente, las graves deficiencias que tenemos.

La infraestructura cultural es un tema clave dentro de la implementación de políticas culturales de Estado. Actualmente tenemos muy pocos espacios culturales que puedan ofrecer una programación sostenida en el tiempo, con multiplicidad de actividades y que se autofinancien. A esto debemos agregar que en años no hemos sido capaces de generar polos de difusión en torno a la cultura en zonas apartadas o periféricas, prácticamente hemos desarrollado nuestras iniciativas dentro de las cuatro avenidas, lo que impide que sectores de escasos recursos o con menores posibilidades de acceso puedan consumir cultura. No estamos creando nuevas audiencias y seguimos siendo aun elitistas.

La vinculación de la cultura con otros sectores claves como el fomento productivo local, puede permitir grandes cambios en nuestra comunidad. Existen experiencias en la II y X regiones donde, por ejemplo, CORFO ha implementado programas pilotos de creación de empresas culturales, lo que se ha traducido en un fomento a la creación de empleos y al turismo local dinamizando la economía de la comunidad. Chillán puede ser algo más que una ciudad llena de farmacias y ferreterías, de hecho faltan más cafés culturales, librerías y disqueras especializadas, productoras de eventos, restoranes temáticos, y un sin numero de negocios vinculados al entreteniendo y al fomento de las artes. Aquí resulta decisivo generar un plan de incentivo a la inversión de privados, que provenga del municipio chillanejo, para hacer de la ciudad un polo de desarrollo.

La formación de nuevos artistas, que lleven el nombre de Chillán como embajadores de nuestra tierra es una materia, que al parecer tenemos pendiente. No se trata de quedarse en el pasado, pero seamos sinceros, no hemos generado nuevos Arrau, Colvin, Vinay y un sin numero de glorias que pasearon a Chillán por los cincos continentes. Tal vez existen jóvenes que si están desarrollándose, pero fuera de nuestra ciudad, en Concepción, en Santiago, o tal vez en el extranjero. ¿Cuál es el problema de fondo?, tenemos una escuela de creación y difusión con el nombre de Claudio Arrau, existen varias academias de danza y otros tantos talleres de artes visuales que fomentan la producción y creación de obra, pero entonces, ¿en que estamos fallando? Definitivamente no somos una ciudad atractiva ni con reales oportunidades para que nuestros jóvenes talentos, al menos, traten de intentar desarrollar sus habilidades desde aquí.

Insertar a Chillán en el contexto nacional y mundial tal vez sea lo más ambicioso que podríamos pretender, pero considero de enorme importancia soñar con tener una ciudad más global, moderna y que sea reconocida como “marca cultural” de calidad. Iniciativas como el Festival de Cine ChileReality, que comienza a llamar la atención de la comunidad audiovisual nacional y extranjera, son señales de que con profesionalismo y gestión se pueden conseguir importantes logros en esta materia. Y si de soñar se trata, Chillán perfectamente podría ser sede de las próximas convenciones nacionales de la Cultura, de la entrega de los premios Pedro Sienna para el Cine chileno o de los premios Altazor que otorga la comunidad de artistas chilenos a sus pares. Soñar no cuesta nada.

Entonces una futura oficina regional del Consejo de la Cultura, si bien no va a cambiar las cosas de un día para otro, sí debiera generar las condiciones de articulación y promoción de estos y otros temas, y junto a otras instituciones culturales y con el apoyo de la empresa privada en definitiva mejoraren la calidad de vida de quienes vivimos en la ciudad. De todas maneras, una cosa muy distinta es lo que queremos lograr, es decir las expectativas que tenemos con esta sede instalada en Chillán y lo que es en definitiva el Consejo de la Cultura, con sus atribuciones y limitaciones, para desarrollar la cultura en la ciudad y lo que resulte de la unión de todo esto.

Enviado por:
Cristian Venegas Barrientos,
Gestor Cultural
Chillán, marzo 2007.


No hay comentarios.: