miércoles, 24 de septiembre de 2008

Sobre el foro de cultura de los candidatos. (segunda nota)


Grandes sorpresas no hubo en el debate sostenido ayer en el auditorio Alfonso Lagos. se sabía que por su formación familiar e ideológica Boris Calderón iba a dar señales de ser el candidato con una mayor sensibilidad frente al tema cultural, y así lo hizo, siendo el único que entregó un lineamiento claro entre educación y cultura, que sin duda, son dos ámbitos que van más de la mano que turismo y cultura, por ejemplo. 

Por parte de Calderón no se dieron mayores sorpresas. Zarzar tampoco fue la excepción. Se sabía que era el menos preparado ya que toda su gestión ha corrido de la mano del deporte y la recreación, y cuando pudo meter la punta en este tema lo hizo. Dio luces positivas en cuanto a la profesionalización del sector a través de concursos públicos y eso ya es aporte. Eso si, dio una lata impresionante de las loceras de Quinchamalí y de los nombres de las calles antiguas de Chillán, algo poco sustancial pero sentimentalista que sin duda es su fuerte, lo que podemos calificar como la emotividad al estilo comentarista deportivo. 

Sin embargo, el candidato que tenía que dar el golpe a la cátedra, (y no el golpe al público) fue Julio San Martín. El candidato concertacionista estuvo irascible, se dedicó a rebatir a ambos candidatos (aun cuando la objeción que hizo a Zarzar por los dineros para construir el teatro del municipio fue acertada a mi criterio). Su punto más alto fue cuando responde sobre los presupuestos municipales, argumentando que este no importa, lo importante es si el proyecto tiene validez y es atractivo. 

También al igual que los otros dos candidatos habló de mayor participación ciudadana. (me pregunto si él aplicó participación ciudadana en las decisiones de políticas culturales en Ch Viejo, realmente no lo sé). Sin embargo, sus graves errores a mi criterio fueron dos. El primero hacer callar a alguien que lo pifiaba, justo en el terreno donde menos se puede mostrar autoritario, que es en el de la cultura y las artes. Por ese acto, todos los que estábamos entre votar por el juntos podemos o por la concertación, finalmente terminaremos dándole el apoyo al candidato que tiene menos chances. 

El segundo error fue poner de manifiesto sus obras en el ámbito cultural: enumeró la creación de una bandera y un himno que se canta en Chillán Viejo. La vinculación con el taller de cultura de la UBB, en donde se hicieron variadas actividades en torno a “recordar y recordar” a los nacidos y muertos en estas tierras. Se habló de las placas históricas de los nombres de las calles de Ch Viejo. Libros a Tomás Lago, a Claudio Arrau, etc. San Martín sin duda que al menos generó una política y un perfil de gestión cultural en su periodo alcaldicio, cosa que no se hizo en Chillán en todos los años en que Bernucci estuvo gobernando, pero tengamos claro, que su perfil no calienta a nadie menor de 50 años, su retórica de homenajes, patria, héroes, y demases es añejísima, y personalmente me da miedo volver a tener a un Pinochet con sus desfiles y saludos a la bandera. 

Me da la impresión que el gran perdedor fue San Martín, y me da lata porque creo que el tipo es el más indicado para poner orden en el caos actual municipal, pero ni ahí con votar por alguien que me puede hacer callar en cualquier momento.

Miguel Lagos V.

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