miércoles, 19 de agosto de 2009

Billeteras más grandes.

De pasada escuché parte de una noticia que se despachaba desde el Banco Central de Chile. La frase que me quedó grabada fue “los chilenos deberán ahora comprar billeteras más grandes”.

Interesante noticia, me dije. Prontamente ingrese a internet para buscar más detalles, mientras en mi mente ya veía titulares tales como “ya no daremos más subsidios cortoplacistas, estudiaremos proyectos reales de desarrollo para todos” o quizás “pasaremos de dar el pescado a entregar la caña y enseñar a pescar”.

Pasados unos segundos ya tenía una serie de titulares de noticias relacionadas con este aumento en el tamaño de las billeteras. Definitivamente no era lo que esperaba, no había nada relacionado con un mejoramiento de la distribución de las riquezas, el tema es que a partir de septiembre podremos contar en Chile con un nuevo billete de 5 mil pesos, con la mejor tecnología de diseño que permita evitar falsificaciones y, a la vez, que otorgue una mayor vida útil a dicho “papel moneda”, pero seguirá equivaliendo a 5 mil pesos y continuará siendo difícil para muchos poder conseguirlo con un trabajo digno.

Claro, la propuesta del Banco Central es iniciar un cambio paulatino en el diseño de nuestros billetes, los que a mayor valor nominal tendrán un mayor tamaño, eso era todo.

No es malo mejorar los sistemas que eviten la falsificación. Pero considero que nuestra economía requiere eso y mucho más. Requiere un reconocimiento y apoyo a las personas que no salen a robar, sino que en una vereda venden paraguas, gafas o chalecos, según el clima. A los que están perdidos entre montañas de certificados y trámites intentando crear una microempresa o cerrar a tiempo algún negocio que no funcionó.

Por ahora no creo que sea importante que crezcan nuestros billetes, es mucho más importante que crezca nuestra economía. Pero no me refiero a que aumenten los macro-indicadores cuyos promedios dejan tras bambalinas realidades que cada día hacen muy difícil la Vida a miles de chilenas y chilenos.

Esas microeconomías familiares son las que deben ser la prioridad. Son las que necesitan real apoyo de largo plazo y no solo en base a subsidios asistencialistas, sino a sistemas que les permitan un real crecimiento y desarrollo, un real mejoramiento en su calidad de Vida, de manera que cuando en el extranjero se hable de nuestro país, sea real la frase “cuando Chile crece, todos crecemos”.

Richard Pincheira Aedo

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