domingo, 4 de octubre de 2009

Charly, Deberíamos saber por qué.

Deberíamos saber realmente que rayos le pasó a Charly García. Nos sentíamos tan orgullosos de él, lo posesionábamos como el gran mito de nuestro rock sudaca y el flaco respondía a ese afán, protagonizando entretenidos escándalos y envidiables carretes junto al negro Piñera. Charly hace tiempo estaba condenado a la ruina. El 2008 fue detenido en Mendoza, luego de causar destrozos en un hotel. Mediante el consentimiento de la ley y la de sus familiares quedó internado en un instituto neuropsiquiátrico para iniciar un tratamiento por excitación psicomotriz. Y vino su recuperación. El último tiempo permaneció en la quinta de su viejo amigo “palito Ortega”.

Charly, gracias a su pundonor y al del “palito” salió adelante. Ahora se le ve con varios kilos de más y compuso una nueva canción donde nos dice que si entramos a su apartamento deberíamos saber porqué. Incluso grabó un video y el director fue nada más y nada menos que Sebastian Ortega, hijo del “palito ortega”, su ángel de la guarda.

Hace unos días lo vi dar una entrevista al noticiero de TVN, allí Charly habló de tendido de su nuevo estado, asegurando que hasta el momento se mantiene limpio, eso sí, dijo con cierto tono amenazador (no muy creíble), que no aseguraba nada para el futuro.

El viernes pasado presentó un nuevo show en Santiago, el mismo Charly explicó que el espectáculo sería distinto a lo que nos tiene acostumbrados, es más operático advierte. O sea, Charly de verdad esta cambiando, bueno es cosa de mirarlo, ya no se pinta las uñas de sus larguísimos dedos, ya no es el flaco que se caía y se paraba gracias al milagro de la diosa blanca, ya no se viste con la elegancia de antes, ahora se ve común y corriente como otro más de nosotros.

Si las cosas andan bien tendremos Charly García para rato, pero como será ese Charly, ¿nos gustará este nuevo Charly?, si justamente lo que nos fascina de Charly es la imagen contaría que hoy muestra Charly, gran dilema. El flaco dice que esta bien, sin embargo queda una sensación extraña después de verlo, y que diga que todo esta bien, no me parece correcto en un tipo como él, porque bien sabemos que la gracia de Charly, lo que lo ha mantenido desde siempre en el palco de honor del rock de esta parte del planeta, es su exquisita música a la par con sus delirios, sus excesos, sus genialidades.

El compositor argentino ya no es el héroe libertario de antaño, aún así y esto es seguro, hostigará incesantemente nuestra memoria musical. Charly se ha retirado a los cuarteles de invierno, si ya hasta habla con la ternura de un abuelito, que liiiindo.


Por Santiago Bonhomme.

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