jueves, 19 de noviembre de 2009

La moda de los vampiros

Bram Stoker publicó en 1897 Drácula, la gran novela de la literatura de vampiros. Sin embargo esta historia es antigua, autores como Goethe, Lord Byron, Guy de Maupassant, Edgar Allan Poe, Gogol y otros, registraron en sus novelas, cuentos y poemas la presencia de esta enfermedad maligna como decían algunos.

Los vampiros se asocian de manera referencial y explicita a los dos grandes temas de la literatura, la muerte y lo erótico. Lo otro que hace tan alucinante a los vampiros es su conflicto con los ritos cristianos, su estética gótica y esta situación de no poder transitar bajo la luz del día.

Por eso mismo el cine puso en sus pantallas a estos seres perniciosos. La primera película sonora se estreno en 1931, dirigida por Tod Browning, y como el Conde Drácula el mitológico actor Húngaro Béla Lugosi, quien el año 1927 ya lo había interpretado en el teatro. Sin embargo la gran mayoría esta de acuerdo que la mejor versión cinematográfica de Drácula es la del director Francis Ford Coppola en 1992, quizás la adaptación fílmica más cercana al libro de Stoker, lo que le valió tres premios Oscar.

El fenómeno de Stephenie Meyer es impresionante, autora de la novela romántica Crepúsculo, 2005, primera parte de tres libros (además de crepúsculo, luna nueva y eclipse) destinados a los lectores adolescentes, Aquí los jóvenes vampiros no tienen inconvenientes con la luz natural.

Rápidamente esta saga es todo un record de ventas, se traduce a 37 idiomas y como era de suponer se hizo la película el año pasado. En su primera semana en las salas, y a pesar de la mala crítica, recaudó 70 millones de dólares.

Esta semana se prepara el estreno de Luna Nueva, y para el 2010 estará lista Eclipse. Hace un buen rato las novelas nocturnas de TVN marcan la pauta de las sobremesas de los chilenos, ha habido de todo, desde indagar en la vida de unos treintañeros poseídos por el éxito económico, no así (y esta es la cursilería que da el ratings) en lo de la inteligencia emocional, hasta el derrumbe de la perfecta familia Domínguez, debido al extraño romance de un tipo remaduro con su sobrina, una bella lady de 16. Ahora el turno es el de los vampiros.

El escritor Pablo Illanes de manera inteligente asume esta moda y nos fabrica una versión nacional de Drácula, el Conde Vrolok, ambientada en un pueblo llamado Santa Bárbara, abatido económicamente por una maligna plaga en sus viñedos, en los años de la guerra del pacifico. No es una historia muy aterradora, pero es exitosa y eso es lo que importa al fin y al cabo.

Por Santiago Bonhomme

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