Al menos dos denuncias ante la justicia por robo de agua se han interpuesto en la provincia por parte de regantes, quienes han podido detectar el uso irregular del líquido desde el río Chillán.
Héctor Jaque, presidente de la Junta de Vigilancia del curso manifestó que interpusieron una denuncia contra una empresa que utilizaba en forma permanente varios camiones aljibe los cuales extraían agua desde el río sin tener derechos con el fin de regar caminos por los cuales pasaban sus camiones madereros.
Se amparaban en el hecho que llevaban a cabo un rol social al mantener los caminos en estado transitable, pero para Jaque se trata del uso irregular de un bien económico respecto del cual ellos tienen el manejo como junta de vigilancia, según la ley y por lo cual han intensificado la vigilancia y monitoreo.
“En momentos de sequía, ellos sacan agua dulce, que escasea, para tirarla en los caminos”, alega Jaque.
Además, en las cercanías de El Rosal, en Pinto, un particular, aduciendo que las aguas eran un bien de uso público, “cortó el río y desvió las aguas para un centro de recreación”. Ello, dijo, pudo poner en problemas el abastecimiento de agua potable para la ciudad de Chillán, por lo que hecha la denuncia tuvo que concurrir Carabineros para normalizar la situación.
Dirigentes de la entidad han realizado vuelos en la cordillera donde nace el río Chillán y sus afluentes donde ha podido comprobar que prácticamente no quedan depósitos de nieve.
Solamente, se ven manchones de nieve eternas y de los afluentes del río Chillán, solamente el estero San José le está entregando agua, pero los demás están secos, tanto por la sequía y por las plantaciones de forestales que al terminar con la flora nativa afectan cauces menores y tributarios del cauce principal.
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Publicado en La Discusion, Miércoles 27 de febrero de 2008.
Héctor Jaque, presidente de la Junta de Vigilancia del curso manifestó que interpusieron una denuncia contra una empresa que utilizaba en forma permanente varios camiones aljibe los cuales extraían agua desde el río sin tener derechos con el fin de regar caminos por los cuales pasaban sus camiones madereros.
Se amparaban en el hecho que llevaban a cabo un rol social al mantener los caminos en estado transitable, pero para Jaque se trata del uso irregular de un bien económico respecto del cual ellos tienen el manejo como junta de vigilancia, según la ley y por lo cual han intensificado la vigilancia y monitoreo.
“En momentos de sequía, ellos sacan agua dulce, que escasea, para tirarla en los caminos”, alega Jaque.
Además, en las cercanías de El Rosal, en Pinto, un particular, aduciendo que las aguas eran un bien de uso público, “cortó el río y desvió las aguas para un centro de recreación”. Ello, dijo, pudo poner en problemas el abastecimiento de agua potable para la ciudad de Chillán, por lo que hecha la denuncia tuvo que concurrir Carabineros para normalizar la situación.
Dirigentes de la entidad han realizado vuelos en la cordillera donde nace el río Chillán y sus afluentes donde ha podido comprobar que prácticamente no quedan depósitos de nieve.
Solamente, se ven manchones de nieve eternas y de los afluentes del río Chillán, solamente el estero San José le está entregando agua, pero los demás están secos, tanto por la sequía y por las plantaciones de forestales que al terminar con la flora nativa afectan cauces menores y tributarios del cauce principal.
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Publicado en La Discusion, Miércoles 27 de febrero de 2008.
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