viernes, 21 de marzo de 2008

¿ Otoño Cesante ?

Comenzamos este 2008 con un verano que ya mostraba sus garras y nos dejaba caer con fuerza los rayos del sol. Era la época de vacaciones, de relajo, de estar guatita al sol disfrutando de la playa, de un río o una piscina.

Pasamos enero, febrero y ya casi todo marzo y el sol sigue tan implacable como antes. Con algunos días nublados durante unas horas en la mañana, pero que en el resto del día aun nos hace sentir el fuerte calor típico del verano.

Así las cosas, llegamos al Otoño, época tradicionalmente caracterizada por menores temperaturas, más de alguna lluvia o llovizna, vientos y la hermosa belleza de los árboles vestidos de tonos rojos, amarillos o anaranjados que al ritmo del viento, sueltan sus hojas que llenan las calles y veredas con sus colores mientras las ramas y troncos se van desnudando para esperar los fríos del invierno y volver a brotar en la próxima primavera.

Pero es cosa de recorrer nuestra ciudad para ver como la falta de agua ha causado que los árboles ya no tengan hojas, o que solo luzcan arrugadas hojas a punto de caer por la sequía, pasando de su color verde a un color café, sin Vida y sin permitirnos disfrutar de aquellos árboles vestidos de colores.

Definitivamente, este año, el Otoño se ha quedado cesante, sin hojas que teñir de color, sin árboles llenos de Vida preparándose para pasar el invierno, sin la humedad en las calles que anunciaba las fuertes lluvias.

Algo está cambiando y estamos claro que los procesos naturales producto de siglos de evolución no pueden ni deben ser modificados si no estamos dispuestos a vivir las consecuencias. No perdamos la esencia de nuestra zona: ríos y esteros llenos de Vida, abundancia de frutas y verduras, hermosos paisajes y campos cultivados.

Y ante todo, no quitemos a nuestras futuras generaciones, hijos o nietos, la posibilidad de disfrutar con la belleza, misterios y riqueza de nuestra naturaleza.

Richard Pincheira Aedo.

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