La obra pictórica de Cristian Bravo Carrera es absolutamente identificable. Quien conoce su trabajo no lo olvida y en un próximo encuentro con alguna de sus pinturas, dirá de inmediato: es de Cristian Bravo. Su modo de expresión plástica, su propuesta estética, adhiere al movimiento que se conoce como “naif” o “arte ingenuo”.
Cristian trabaja junto a otros artistas en el Taller Willendorf, ubicado en calle Itata 733. Cada cual tiene su espacio y comparten en grata camaradería, Pilar Vallejo, Virginia Traub, el brasilero Milton Pompeu, Cristian Bravo y está la presencia constante de Ronald Röber. La verdad, señala Cristian, que es muy grato trabajar en el taller y el ambiente que allí se logra es excelente y estimulador.
La pintura de Cristian Bravo es pura imaginación, magia y color. Se podría decir que es un artista de espacios pequeños. Antes que las grandes salas, le gusta exponer en cafés donde su obra interactúe con la gente, dialogue con ella. En este momento trabaja en una serie a la que ha llamado “Lencería fina”. Es una pintura increíble, muy linda; la lencería fina instalada a sus anchas en unas mujeres muy gordas. “Es como una ironía, la gente imagina estas prendas finas en mujeres delgadas”, señala el artista.
Le encanta hacer series, cada una con unas diez obras aproximadamente. Los temas están ahí, le llegan y él los viste con su abundante imaginación y los inunda de color. “Una vez una persona me dijo, ¿cómo puede pintar con tanto color en la ciudad donde vive? Me extrañó su observación y le respondí que Chillán y la zona con sus cuatro estaciones tiene mucho colorido. Además hay lugares como el mercado que son puro color”.
Cristian trabaja junto a otros artistas en el Taller Willendorf, ubicado en calle Itata 733. Cada cual tiene su espacio y comparten en grata camaradería, Pilar Vallejo, Virginia Traub, el brasilero Milton Pompeu, Cristian Bravo y está la presencia constante de Ronald Röber. La verdad, señala Cristian, que es muy grato trabajar en el taller y el ambiente que allí se logra es excelente y estimulador.
La pintura de Cristian Bravo es pura imaginación, magia y color. Se podría decir que es un artista de espacios pequeños. Antes que las grandes salas, le gusta exponer en cafés donde su obra interactúe con la gente, dialogue con ella. En este momento trabaja en una serie a la que ha llamado “Lencería fina”. Es una pintura increíble, muy linda; la lencería fina instalada a sus anchas en unas mujeres muy gordas. “Es como una ironía, la gente imagina estas prendas finas en mujeres delgadas”, señala el artista.
Le encanta hacer series, cada una con unas diez obras aproximadamente. Los temas están ahí, le llegan y él los viste con su abundante imaginación y los inunda de color. “Una vez una persona me dijo, ¿cómo puede pintar con tanto color en la ciudad donde vive? Me extrañó su observación y le respondí que Chillán y la zona con sus cuatro estaciones tiene mucho colorido. Además hay lugares como el mercado que son puro color”.
Leer más ...
Fuente: Diario La Discusión, Viernes 6 de junio de 2008.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario