viernes, 24 de julio de 2009

Los amortajados

A la mayoría de los buenos escritores por desgracia de algunos se les reconoce después de muertos, entonces queda la esperanza que las penurias en vida se pueden remediar en estado mortuorio. La esperanza es creer que todos hablaran de la obra del muerto, de las capacidades del muerto, de lo buena persona que era y lo seguirá siendo en la memoria colectiva de cierto grupo. La amortajada de María Luisa Bombal narra el episodio de Ana María que despierta desde la muerte, a medida que se van aproximando a su ataúd visitas relevantes de su vida, comienza a hacer una retrospectiva de lo que fue su existencia.


Ella logra escucharlos, sentirlos. Imaginen tener esa capacidad y enterarnos que pasará cuando al fin habitemos el patio de los callados. La obra de Pablo de Rokha es fundacional pero debe haber sido un viejo cascarrabias de mier…. O Jorge Teillier autor de poemas que estremecen por su simple visión del mundo, pero ya en las ultimas de su alcoholismo era un caos, pensemos en esa familia, en la pobre de su mujer cuando lo esperaba de noche con la incertidumbre de no saber si llegará a salvo a la casa.


La trama Neruda es la más recurrente, poeta pomposo, de una alta capacidad ética y política, se dice de él que era un tipo difícil, no tan bueno en el trato doméstico con las mujeres como su obra nos supone. Los más extremistas lo acusan de haber sido un sibarita, perfil opuesto a lo que debería ser, por su irrefrenable condición política, ligada a los más desamparados de la sociedad, y el gordo se lo comía todo y se lo tomaba todo.


De Gabriela mistral se han tejido cientos de fábulas, ahora que ella no puede oponer resistencia a las especulaciones sobre “sus vidas” por Parte de los biógrafos y críticos mistralianos, si ella fuese la amortajada quedaría sorprendida de las certezas de muchos y de la fantasía sexuales de otros.


Sin embargo en los escritores extranjeros, tropezamos con situaciones más extremas, como la de Hemingway, o el viejo Charles Bukowski, tipos realmente insoportables. No necesariamente hay que hablar tan bien, al punto de enceguecernos con ciertas figuras, esta bien, escribieron buenos libros, otros dejaron una visión de mundo en el mundo, otros causaron buenísimos problemas con su boca y su pluma, y no por eso serán bueno muertos.


No quiero ser pájaro de mal agüero, pero me gustaría tener una bola de cristal y saber que se dirá cuando nos deje Gonzalo Rojas o el mítico Sergio Hernández, o de uno mismo, bueno, todos en el fondo del cuore sabemos que dirán de uno. ¡uf! que miedo.

Por Santiago Bonhomme


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