Habla Maria Teresa Larraín directora de “El Juicio a Pascual Pichun”
Pasó gran parte de su vida en Canadá, lugar en donde se convirtió en una cineasta independiente, trabajo de modelo artística y conoció a esquimales y poetas del país del norte. Este año nos muestra su creación documental más reciente sobre un conflicto que según afirma se esta dando en todo el mundo.
Luego de una semana de excelentes documentales con el Festival de Cine Chilereality, directores paseando por la ciudad e imágenes rodando por los oscuros salones de la ciudad, podemos hacer un alto deteniéndonos en una muestra en especial que habla sobre un encuentro cultural, que da cara a uno de los conflictos y luchas más viejas y postergadas en nuestro país: La reyerta territorial entre “terratenientes” y “mapuches”. Curiosas palabras que si les otorgamos significados vienen a plantearnos cosas muy distintas respecto de un mismo elemento, unos dicen ser hijos de la tierra, los otros plantean ser dueños de la misma. En “El Juicio a Pascual Pichun” observamos este encuentro cultural, la batalla judicial por buscar culpables y la vida de dos familias tras la pugna.
Su directora Maria Teresa Larraín es hija de terratenientes de la zona de Ñuble de muy pequeña logro conocer las comodidades de este conjunto social en nuestro país. No reniega de sus orígenes pero sí le parece tremendamente injusto el trato de los estados modernos con las culturas aborígenes. Conoció al respecto muchas realidades parecidas a la lucha por la reivindicación mapuche. En Chile estudió la carrera de Derecho, la cual fue interrumpida por el golpe de estado, teniendo que emigrar posteriormente a Canadá, donde permaneció 29 años. Tiempo en el cual vio realizados uno de sus más grandes anhelos, convertirse en cineasta. Trabajó en la realización de muchos documentales para la televisión y otros de corte poético como uno de modelaje artístico llamado “Dolores, el arte de modelar”, “se exhibió en
Te convertiste en cineasta en Canadá, elaborando una visión comparativa ¿Cuales son las potencialidades con que crees cuenta nuestro país en el género documental?
Diferencias en cuanto al género, en cuanto a la manera de acercarse a los temas no creo que haya tanta. Sabes lo que he echado de menos en Canadá es en términos del ambiente mismo de cine, y es como doloroso para mi decirlo porque me fui en una época en que era diferente, pero fíjate que encuentro poca solidaridad entre la gente que hace cine en Chile. Quizás es diferente para los documentalistas mismos porque en Santiago me incorpore a ADOCS (Asociación de Documentalistas Chilenos), el cual es el único lugar en que he encontrado un grupo que acoja. Encuentro que Chile esta viviendo, en términos Cine como una suerte de cosa media comercializada, en donde la gente anda como loca tratando de ser “Big Producers” y se les olvidan otro tipo de temas, perjudicando a veces el trabajo. Aquí es más solitario el trabajo. Pero menos mal que tenemos organizaciones como ADOCS que nos reúnen y podemos pelear por las mismas cosas.
¿Con que dificultades te topaste al realizar el Documental del Juicio a Pascual Pichun?
Creo que el reto más grande para mi fue mantenerme en un punto de equilibrio lo que no quiere decir objetividad. Un punto de equilibrio entre las dos fuerzas, porque cuando iba a filmar el lado de los Figueroa, la parte mapuche se ponía con mucho resquemor, yo tenia que cruzar por Temulemu, que era el terreno de Pascual Pichun, para llegar a Nancahue y muchas veces existieron problemas para poder cruzar porque la gente no estaba acostumbrada al hecho que tu estuvieras haciendo un trabajo entrevistando a las dos partes. Pero quería mostrar la realidad desde las dos familias. ¿Por qué en dos familias? Pues porque me parece que la vida intima, cotidiana, era mucho más interesante que hacer solamente el Juicio y puras entrevistas.
¿Existió algún trasfondo con el que te hayas topado, algo que no te esperabas en la realización?
Fue sorprendente para mi la cosa del Juicio, en el sentido que fue como caer de golpe dentro del microcosmos que es la realidad Chilena. Con el racismo, con los dos mundos tan diversos, tan opuestos, peleando. La cosa del testigo secreto para mi fue muy impresionante, me dio vergüenza desde el punto de vista legal, estar sentada en una sala de audiencia en la cual una persona se creyera con tanto poder que pudiera presentar ese tipo de testigos, que eran vergonzosos.
¿Cúal fue la principal divergencia cultural que encontraste entre las dos familias?
Son dos símbolos de lo que pasa en el mundo chileno y en el mundo mapuche, somos dos mundos tan diferentes. Uno es la cosa espiritual, el sentido de lo que es la tierra, yo no tengo ninguna idealización con el mundo mapuche. No creo que los mapuches sean más buenos o mejores que los chilenos hay de todo en todas partes. Pero te digo como cultura me hace pensar un poco en todo lo que hemos perdido nosotros. No solamente los mapuches pierden cuando se les quita la tierra, también perdemos nosotros los chilenos no solo perdemos la tierra como territorio sino que una manera de ser y de pensar. El hecho de que los bosques no sean bosques sino que plantaciones forestales y no es que se esté en contra del progreso, los mapuches tampoco están en contra del progreso, como la gente dice… “no vamos a volver 500 años atrás” ¡Ningún mapuche esta pidiendo volver 500 años atrás!, lo que están pidiendo es ser participe de un proceso democrático del cual están quedando afuera… con toda está idea de la modernización de la sociedad Chile sigue siendo un país en vías de desarrollo (aunque se las de de Grande) pero todavía es un país que está surgiendo… y por modernizarse son capaces de vender a la madre y de hecho están vendiendo la tierra, los subsuelos, están vendiendo todo.
Al ser este un juicio por completo distinto a la manera de pensar mapuche, ajena a su raigambre oral ¿Qué significo para la familia de Pascual Pichun enfrentarse a esto que se les venia encima, a este sistema legal ajeno?
No es solamente que el sistema legal sea diferente sino que es una justicia que no es creada por ellos, ni para ellos. La justicia la han creado grupos de poder que están muy lejos del mundo mapuche y fíjate que estos juicios orales que se han dado que tienen que ver con todos estos temas, como la criminalización de la pobreza, con eso quiero decir cualquier persona que se levante y protesta por sus derechos es calificada de criminal y terrorista, sobre todo luego del 11 de septiembre de EEUU, todo el mundo es terrorista.
Estos juicios orales no están solamente pasando en Chile, están ocurriendo en África, en todas partes de Latinoamérica, están pasando en Canadá y los temas son los mismos: El querer implantar una cultura de observarlo todo bajo una visión comercial, de marketing, ignorando todo lo que tiene ver con el ser humano.
Se detiene la grabadora y María sigue hablando, cuenta sobre sus futuros proyectos: “No te vayas sin decirme adiós” su primer largometraje de ficción y el otro que es una visión poética respecto de su ceguera, que explotó aún más en medio de la realización de “El juicio a Pascual Pichun”. Algo terrible absolutamente, pero Maria reniega de los consuelos mediocres, no se conforma con la leve mirada interior, quiere la realidad ahora, lo que sucede, lo que se inyecta en los ojos cuando suceden los acontecimientos. El cine le abre las pupilas, alienta su espíritu.
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