sábado, 21 de noviembre de 2020

Inmobiliaria demanda a líder de organización que defiende los Arcos de Calán en la costa de Maule


 A poco más de 30 kilómetros al norte de Cobquecura se encuentran los "Arcos de Calán", una interesante formación rocosa que dio origen a la primera Área Marina Costera Protegida de la Séptima Región que en sus más de 240 hectáreas alberga tanto al ecosistema marino como también bosque esclerófilo, que se pueden disfrutar desde diferentes miradores naturales que son parte del paisaje.

El lugar presenta una gran diversidad de flora y fauna, siendo además una zona de tránsito de grandes cetáceos y mamíferos marinos.

Este lugar es parte de la zona en que opera la ONG Vigilante Costero, la cual se dedica a la protección de las costas entre el Río Maule y Río Itata.

Rodrigo de la O, Director de la ONG Vigilante Costero, fue parte de quienes denunciaron la presencia de un proyecto inmobiliario que pone en peligro al santuario de la naturaleza Arcos de Calán.

El proyecto inmobiliario se instaló poco antes de que el lugar fuera declarado santuario de la naturaleza, por lo que no se sometió al Sistema de Evaluación de Impacto Ambiental correspondiente y solamente cuentan con un informe de evaluación ambiental, hecho por una consultora privada en noviembre del 2019.

A fines de Octubre 2020 la inmobiliaria Costa Calán SpA (Rut 77.014.891-K) presentó una demanda (Link)contra Rodrigo de la O Guerrero, Director de la ONG Vigilante Costero, por sus declaraciones donde habría denigrado a la inmobiliaria, empresa que vende en el sector 48 parcelas de media hectárea cada una como parte de la parcelación Costa Calán, en la comuna de Pelluhue.

En la declaración a la que se refiere la demanda, Rodrigo indica que ante el proyecto inmobiliario se hace necesaria una participación ciudadana y todas las gestiones necesarias para que "se respete un poco la vocación natural de la zona".

También indicó que "hemos trabajado mucho tiempo en la declaración de santuario y de repente nos sorprenden eventos de motos en la zona circundante o ahora un proyecto inmobiliario" agregando que frente a los diferentes proyectos inmobiliarios "necesitamos poder regular a tiempo ya sea en temas de acceso al agua, en temas sanitarios, temas de cuanta capacidad puede resistir tal o cual lugar".

La empresa señala haber realizado todas las tramitaciones que le exije la ley, sin embargo, en una declaración pública de las organizaciones unidas por la defensa y protección de Arcos de Calán y el Territorio Maule-Ñuble (link publicación) indican algunos de los impactos del proyecto inmobiliario:

- Impacto en la flora y fauna silvestre del sector, especialmente, considerando que las dunas de este lugar son lugar de anidamiento de aves.

- Capacidad de los suelos para sostener las futuras construcciones.

- Efectos sobre los cursos y fuentes de agua.

- Impactos asociados a la generación de residuos (considerar que en dicha zona no hay cobertura de retiro municipal de residuos).

- Impactos sociales y económicos, por la intervención de una zona relevante para el turismo, el esparcimiento y actividades de subsistencia como recolección de algas. Además de los impactos conjugados de estos tipos de proyectos, que al aumentar la plusvalía de los terrenos promueven la emigración de las comunidades locales, con la consiguiente pérdida patrimonial y cultural, así como efectos en el aumento de costo de contribuciones, altamente restrictivos para Pelluhue y actuales habitantes del territorio, generando un proceso de desintegración social asociado al “exclusivismo” y promovido por un desarrollo inmobiliario de estas características.

- Impactos paisajísticos, al habilitar el espacio para una construcción sin restricciones aparentes (más que un Reglamento Interno cuyo cumplimiento dependerá de los mismos propietarios).

- Elusión a la institucionalidad ambiental: el proyecto elude la institucionalidad ambiental al no ingresar al SEIA por las siguientes causales (descritas en el Reglamento del Sistema de Evaluación de Impacto Ambiental, Decreto n° 40 del 2013 del Ministerio de Medio Ambiente), entre otros.

En una nota en elmostrador.cl (16-Nov-2020. Link) agregan que además "el problema es que, actualmente el proyecto no da ninguna garantía de planificación o medidas que estén a la altura de la protección que necesita un santuario de la naturaleza tanto a corto como a largo plazo y la construcción en la zona podría traer consecuencias negativas tanto para la conservación del ecosistema, como para los eventuales residentes del lugar. La zona trazada por el loteo es altamente inundable por marejadas y para el terremoto y maremoto del 2010, el mar cubrió todo el lugar."

Respecto a los impactos ambientales, Camila Monti, Presidenta del Comité Ambiental Comunal de Pelluhue, indica en una nota de laderassur.com (17-Sept-2020. Link) indica que esta zona es de gran interés turístico para las comunas de Pelluhue y Curanipe, y que si bien el fin del proyecto no es explícito, la inmobiliaria lo vende como un proyecto habitacional exclusivo, frente al mar y rodeado la naturaleza. “El problema es que quienes amamos la naturaleza, sabemos que no es lo mejor para ella. Nuestro llamado es a que la gente no compre”.

El conflicto deja ver la imperiosa necesidad que las comunas cuenten con un actualizado y participativo ordenamiento territorial, donde se consideren zonas buffer alrededor de zonas como, en este caso, santuarios de la naturaleza. De esa forma, en los sectores cercanos a las zonas de protección, los usos permitidos deben ser solo aquellos que generen un muy bajo impacto socio-ambiental, asegurando de esa forma la protección de su patromonio natural, en pro de un verdadero desarrollo sustentable.

Fuentes: 

Blog MauleCoastKeeper / Ladera Sur / El Mostrador

Foto vía https://maulecoastkeeper.blogspot.com/

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